Notas históricas de Mucuchíes, lugar que dio origen al nombre de la raza canina típica de Venezuela

Rubén Alexis Hernández


 

1.- Localidad de los Andes Venezolanos, asentada en el valle alto del río Chama en el estado Mérida. Es capital del municipio Rangel y de la parroquia Capital Rangel, y se ubica cerca de los 3000 metros sobre el nivel del mar. El territorio de la mencionada parroquia está enclavado entre dos de los principales sistemas montañosos del país, como son la Sierra Nevada y la Sierra La Culata, con cumbres superiores a los 4000 metros sobre el nivel del mar. Esta particular condición orográfica ha determinado en buena medida las siguientes características climáticas y biogeográficas para la población de Mucuchíes y sus alrededores: bajas temperaturas promedio (inferiores a los 0º en algunas partes); un periodo anual definido de lluvia y sequía; intensa radiación solar; escasa humedad; vegetación típica paramera; fauna silvestre limitada en variedad y en cantidad; una producción agrícola basada principalmente en tubérculos, hortalizas y cereales. Históricamente, sus suelos han sido empleados para el cultivo amplio de especies económicamente importantes como el trigo y la papa, si bien el trigo hoy día se recolecta y procesa fundamentalmente para el consumo interno.

 


Valle en la zona de Mucuchíes. Archivo fotográfico de Rubén Hernández, 27-08-2007.


2.- Mucuchíes y sus alrededores fueron asiento de grupos indígenas con anterioridad a la llegada de los europeos: Misteques, Mocaos, Mucuchaches y Misintaes, entre otros. Dichos grupos vivían de forma sencilla, en pequeñas comunidades sedentarias caracterizadas por relaciones sociales y económicas igualitarias (comunismo primitivo), salvo una cierta superioridad del chamán y del cacique. La tierra no era considerada una propiedad, sino que sus productos eran usufructuados en beneficio de todos los pobladores. El sustento diario derivaba principalmente de la agricultura, y se consumían especies tanto locales como obtenidas por intercambio con pueblos aborígenes de otras partes de los Andes merideños y de lo que hoy es Venezuela. Vegetales como la papa, la arracacha, el frijol, la cuiba, el churí y el maíz formaban parte de la dieta diaria de los antiguos habitantes de Mucuchíes. Ocasionalmente los nativos de la zona en cuestión se alimentaban con animales como el conejo, el venado, el zorro guache, la lapa y el pavo. Residían en viviendas conocidas como bohíos, en forma circular o semicircular y elaboradas con piedras, paja, caña brava y otros materiales del lugar y de algunos sitios más o menos cercanos. En cuanto a la religión, se practicaba el naturismo-totemismo, consistente en una interrelación sagrada del hombre con diversos componentes de la naturaleza, en los que se supone moraban entidades sobrenaturales (ches o encantos) capaces de ayudar o perjudicar a los lugareños de acuerdo a su voluntad. Con cierta regularidad los indígenas de Mucuchíes ejecutaban rituales y obsequiaban ofrendas a dichas entidades, con el fin de contar siempre con su buena voluntad.

 

3.- Ya que se hizo mención de los indígenas de Mucuchíes en el párrafo precedente, cabe destacar que el origen de este nombre es ciertamente  prehispánico, y sobre su significado hay varias versiones, de acuerdo a diversos criterios de estudiosos del remoto pasado merideño. Sin embargo aún no queda claro qué es lo que verdaderamente significa Mucuchíes, considerando, por un lado, que nuestros antiguos habitantes no conocían la escritura y por tanto no se sabe siquiera como se escribe “correctamente” este nombre, y por otro lado la radical mucu y cualquiera de sus variantes morfológicas (como moco) de acuerdo a la interpretación colonial y posterior del lenguaje aborigen, no tiene una significación concreta a pesar de que todos los autores que la han abordado, la han definido como una voz de fijación socioterritorial, como tierra, lugar, pueblo o algo por el estilo. Por lo tanto para la palabra Mucuchíes, que también ha tenido sus variantes morfológicas (como Mocochis), no hay una verdad absoluta respecto a su significado, que ha variado entre tierra o lugar del frío, tierra hermosa de los antiguos,  el lugar de nuestro útero, y tierra sagrada de los antepasados del parentesco de Ches.

 

4.- En la segunda mitad del siglo XVI arribaron los europeos a Mucuchíes y sus alrededores, y sin perder tiempo comenzaron de inmediato a echar las bases del orden hispánico en esta parte del “Nuevo Mundo”. Para lograr tal objetivo debían someter a los nativos de la zona, y en tal sentido contaron con la Encomienda y con la Iglesia católica, instituciones mediante las cuales redujeron a los indígenas y los dominaron progresivamente por medio de su concentración socioterritorial y su evangelización. Se tiene como cierto, hasta el día de hoy, que la primera “fundación” de Mucuchíes, o primer intento oficial de asentar  los aborígenes locales al estilo de un pueblo de españoles, fue el 27 de marzo de 1586, a cargo del visitador Bartolomé Gil de Naranjo. Mientras que en 1619, Alonso Vásquez de Cisneros ordenó la concentración de los indígenas de varios repartimientos de la zona en un solo sitio, específicamente en el valle de Mucuchíes. Así nació el pueblo nuevo de San Juan de los Mucuchíes, al que a partir de entonces pertenecerán Mocao, Mosnacho y otros pueblos de encomienda o repartimientos, cuya población indígena total era de 221.

 

5.- Los invasores europeos trajeron consigo distintas especies vegetales, características de su alimentación en la Península Ibérica. En Mucuchíes, debido a las condiciones climáticas y edáficas la más exitosa de tales especies fue el trigo, que llegó a superar por mucho a las prehispánicas y se convirtió en el principal producto agrícola del periodo colonial mucuchicero, hasta el punto de que el grano de este cereal y sus derivados, como la harina y los bizcochos, fueron comerciados dentro y fuera de la provincia de Mérida, generando notables ingresos, lógicamente para los propietarios de estancias, haciendas y molinos. Más aún, el trigo ha sido un referente alimentario y simbólico en Mucuchíes; tristemente su manejo agroecológico inadecuado y otros factores internos y externos, causaron el declive progresivo de su producción y la erosión de los suelos donde se le cultivaba ampliamente.

 

6.- Igualmente los colonizadores introdujeron en Mucuchíes diversas especies de ganado mayor y menor, útiles para la alimentación, para las labores agrícolas, para el transporte de carga y pasajeros y para la elaboración de tejidos. Destáquese aquí las ovejas, que rápidamente se adaptaron a las condiciones medioambientales de Mucuchíes y sus alrededores; animales que serán útiles tanto por su lana como por su carne y su leche, en especial por la primera, con la que se podían elaborar ruanas, cobijas, tapetes, guantes y otros artículos y prendas de vestir. Pronto abundó el ganado ovino en Mucuchíes, presente en prácticamente cualquier unidad productiva agropecuaria. Y para su cuidado los colonizadores se valieron de algunos indígenas, quienes en lo sucesivo se llamarán pastores u ovejeros, pero estos personajes no se encargaban solos de las ovejas, sino que contaban con perros mastines y posiblemente con ejemplares de otras razas caninas especializadas en el pastoreo. Perros introducidos por los europeos a la par de la introducción del ganado lanar, y cuyos cruces originarán con el tiempo una raza de hermosas características, conocida posteriormente con el nombre de Mucuchíes, debido a que fue en esa zona de los altos Andes merideños, donde surgió y se concentró históricamente el mayor número de ejemplares en Venezuela. De manera que la cría del ganado ovino en el Mucuchíes colonial fue un factor importante para el nacimiento de la que hoy es la raza canina típica de Venezuela. Y el perro Mucuchíes bien puede ser considerado un can ovejero por excelencia.

 

7.- Para mediados del siglo XVIII la Encomienda se había extinguido en Mucuchíes y el orden hispánico estaba consolidado, si bien a los colonizadores no les resultaba fácil la imposición a los indígenas locales de elementos como la lengua castellana y la religión cristiana. A continuación una breve reseña de la zona a comienzos de la década de 1740: 


“Este pueblo de Mucuchíes es de temperamento frío porque tiene a poco más de dos leguas el páramo de quien toma el nombre, pero se coge mucho trigo y papas. Tiene ganados mayores y menores y su población aún es más considerable que la de Mucurugua (por decir Mucurubá) y los indios educados en muy buena policía. Tienen casas decentes en la plaza para los pasajeros, hay abundante provisión de aves y pan, un pollo vale medio real de plata y el duplo en cacao o papelones (...)".
“Viaje muy puntual y curioso que hace por tierra don Miguel de Santiesteban desde Lima hasta Caracas en
1740 y 1741”, en Antonio Arellano Moreno (Estudio Preliminar). Documentos para la Historia Económica en la Época Colonial. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1970, p. 152.

8.- Durante la Guerra de Independencia los mucuchiceros fueron protagonistas de una u otra manera, aunque por lo general apoyaron la causa libertadora, en especial a partir del 10 de junio de 1813, cuando Simón Bolívar arribó por primera vez a Mucuchíes, en el marco de la Campaña Admirable. Dicho día el Libertador fue muy bien recibido, numerosos lugareños se ofrecieron para acompañarle en su gesta, e incluso recibió un obsequio especial, un hermoso perro cuyo nombre será recordado para la eternidad: Nevado, quien según la leyenda El Perro Nevado de Tulio Febres Cordero, murió heroicamente en la gloriosa Batalla de Carabobo. He aquí una descripción de Mucuchíes durante la guerra en cuestión, en la que se menciona la reducción considerable del número de ejemplares del ganado mayor y menor, producto en buena medida de las acciones bélicas, si bien éstas no fueron tan intensas allí como en otras partes de Venezuela:

 

“Sus casas son de paja. Su comprensión se funda en cuatro leguas tocando sus límites hacia la parte de oriente a lo alto del páramo de Santo Domingo y al norte a lo alto del páramo de Timotes (en cuyas alturas nace el río Chama) y hacía la parte de occidente a la quebrada de Moconoque. Su clima es frío cuyas heladas son comunes. Sus frutos que cosechan en aquellas laderas son trigos, cebada y papas con abundancia, arbejas y habas. En dichos cerros o páramos se criaba antes algún ganado que en el día se ha exterminado. Las caballerías que aquí se hallan son yeguas de las que se usan para trillar y exportar el trigo, etc. Sus  habitantes son indios tributarios bastante racionales, y algunos vecinos blancos. Dista este pueblo del de Mucurubá dos leguas, y del de Chachopo seis”.
Bencomo, Héctor (notas y estudio preliminar). La provincia de Mérida vista por el ejército realista. Caracas,1981, p.21.


9.- A comienzos de la década de 1830  la villa de Mucuchíes, capital del cantón del mismo nombre, apenas empezaba a recuperarse de los estragos de la Guerra de Independencia: 

 

“Contiene 1.383 habitantes. Sus habitantes se dedican al cultivo del trigo, cebada, habas, alberjas y papas: a la cria de ganado mayor, yeguas y ovejas; aunque actualmente su número es muy corto por los atrasos que han experimentado con la guerra: son mui laboriosos y surten á  los cantones de Mérida y Ejido  de harina, cebada y de los demás frutos que produse este canton. Tienen su comersio con los expresados cantones y con los lugares mas inmediatos de Trujillo y Barinas (…)

 

Sus pastos son excelentes para la cria de ganado que producen muy buena carne y excelente leche de que se hacen los mejores quesos de esta provincia. Como cabecera de canton tiene las corporaciones y empleados prevenidos por la ley para una administración política y de justicia lo mismo que todas las demás parroquias".
Picón, Juan de Dios. Estadística y Descripción geográfica, política, agrícola e industrial de todos los lugares de que se compone la Provincia de Mérida de Venezuela (1832). Mérida: Editorial Venezolana, 1992, p.41.

10.- En la década de 1870 la parroquia Mucuchíes estaba relativamente aislada del resto de Venezuela, nación que aún no se consolidaba como una República centralizada, con un Estado en un sentido riguroso. Si bien hubo una notable recuperación tras la guerra independentista, ahora sufría los embates de los conflictos entre los caudillos, jefes locales que pugnaban por intereses políticos, económicos y de otras índoles. El trigo aún se cultivaba, procesaba y comerciaba en buena cantidad y  la cría del ganado ovino recuperó de cierta manera el esplendor de los tiempos coloniales:

 

“Se cultiva en alta escala: el trigo de varias especies, produciendo la cosecha anual, la enorme cifra de cincuenta mil quintales: cebada de diversas clases, cuya cosecha da diez y seis mil quintales: papas, sesenta mil quintales. Estos frutos son de superior calidad: arvejas quinientos y arvejones quinientos quintales de no mui buena calidad: habas moradas y blancas ochenta quintales: ajos son silvestres y pueden recojerse, si fueran exportables, centenares de quintales: mostaza, rábano y cebollas se dan en abundancia (…)

Vacas y terneras 2.200: bueyes de arado 800: caballos 150: yeguas y potros 12.000: mulas 200: burros 1.000: ovejas 5.500: cabras 200: marranos 8.000: pollos y gallinas 13.000: pichones y palomas 1.000 (…)

Hai escuelas federales de niños y niñas, constante la del pueblo de setenta alumnos (…)

Los artículos principales de los establecimientos son: telas de lana y algodón, manufacturas extranjeras y del país, papelón, cacao, café, sal, jabón, chimo y caldos. Hai tres tiendas, dos bodegas y catorce pulperías. Se exportan para la capital del Estado 20.000 quintales de harina y mil para los Estados Zamora y Portuguesa, Trujillo y la parroquia de Torondoy, para los mismos puntos se exportan seis mil quintales de papas, dos mil de cebada, 30 de ajos, 50 de cebollas, y algunos centenares de ganado vacuno y cerdal. Estos efectos producirán anualmente la suma aproximada de cien mil venezolanos, la cual se emplea en comprar los artículos de que aquí se carece, tales como el papelón, sal, café, cacao, etc.

Hai ocho molinos, dos fraguas, 25 telares para fabricar cobijas y lienzos: un telar para costales: dos carpinterías: cinco tejerías: y una calera (…)

Se divide la parroquia en doce partidos á saber: el de la población, con un comisario mayor y cinco subalternos: Mocao, Miticivó, Rangel, Royar, San Rafael, Mucuchache, Barro Negro, Micuyes, Misinta, Balza y el Carrizal. Los dos primeros tienen tres comisarios y los restantes dos cada uno. Total 30 comisarios”.
Jáuregui, Jesús Manuel. Apuntes Estadísticos del Estado Mérida (1887). Caracas: Ministerio de Justicia,
Biblioteca Venezolana de Historia, nro. 32, 1987, pp. 125-128.

11.- En la década de 1920 se construyó e inauguró la carretera Trasandina, gran arteria vial que ayudó a integrar a los Andes al resto de Venezuela. Mucuchíes, capital del municipio homónimo, comenzó a sufrir importantes cambios en el contexto de una incipiente modernización:

“Pertenecen a este Municipio la aldea de El Carrialz, y los partidos de Gavidia, Mocao, Rangel, Royal, Culebras, Mitivivo, La Toma,  Misintá y Balza.- Tiene 539 casas y 2.685 habitantes, de los cuales son varones 1.263 y hembras 1.422.- En sus quebradas, sobre todo en la denominada de Los Micuyes, es fácil encontrar Berilos, variedad de esmeraldas (silicato de alúmina y glucina) coloreados por óxidos metálicos.- Esta variedad de esmeraldas es muy poco conocida y aunque es mucho más blanda que las esmeraldas de Muzo (Colombia) presentan bellísimos aspectos.- Existen en esta región magníficos potreros de pasta y sus ganados dan una carne exquisita y una excelente leche de la que se hacen los mejores quesos del  Estado".
Benet, Fernando. Guía General de Venezuela. Generalidades Estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Falcón y Zulia. Caracas: Imprenta de Oscar Brandstetter, primer tomo, 1929, p. 222.

12.- El impacto de la carretera Trasandina con el tiempo fue tal en Mucuchíes, que esta población ha sufrido un proceso de relativa modernización, integrándose plenamente al resto de Venezuela en diversos ámbitos, y sintiendo los efectos directos de los cambios planetarios acelerados en el marco de la Globalización. La agricultura tuvo importantes modificaciones tecnológicas, y la papa, la zanahoria y el ajo, con altas productividades y ventajas logísticas, desplazaron definitivamente al trigo como vegetales con mayor superficie ocupada y mayor producción en la zona, tal que han cubierto una parte de la demanda del mercado venezolano. Si bien el cereal aún se siembra en algunos sitios del municipio Rangel, como Gavidia, su cosecha anual a duras penas satisface el consumo interno del grano y la harina. En cuanto a la economía agropecuaria, la cría de ovejas ya no reviste la importancia de antaño, y el perro Mucuchíes dejó de ser el canino ovejero por excelencia. El turismo irrumpió con fuerza desde mediados del siglo XX, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para los lugareños, junto con la agricultura, el comercio  y el empleo en el sector gubernamental. La población creció significativamente en los últimos años, gracias no solo a la relativa modernización agrícola, a las facilidades comunicacionales de la Trasandina y a la diversificación de las fuentes de ingresos, sino a la prestación de servicios públicos (electricidad, telefonía fija y móvil,  internet, agua potable, aseo doméstico y  gas licuado) y al crecimiento de la oferta en materia educativa y médico-asistencial; de manera que para el 2011, según el censo del mismo año, había una población de 7359 habitantes en la localidad de Mucuchíes, 3735 hombres y 3624 hombres.
Instituto nacional de Estadística, “XIV Censo Nacional de Población y Vivienda”. Caracas, 2011.
DirecciónURL:http://www.ine.gov.ve/documentos/Demografia/CensodePoblacionyVivienda/ppt/Resultados_Censo2011.pdf) (Fecha de consulta: 20-02-2018).

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