Notas históricas de Mucuchíes, lugar que dio origen al nombre de la raza canina típica de Venezuela
1.-
Localidad de los Andes Venezolanos, asentada en el valle alto del río Chama en
el estado Mérida. Es capital del municipio Rangel y de la parroquia Capital
Rangel, y se ubica cerca de los 3000 metros sobre el nivel del mar. El
territorio de la mencionada parroquia está enclavado entre dos de los principales
sistemas montañosos del país, como son la Sierra Nevada y la Sierra La Culata,
con cumbres superiores a los 4000 metros sobre el nivel del mar. Esta
particular condición orográfica ha determinado en buena medida las siguientes
características climáticas y biogeográficas para la población de Mucuchíes y
sus alrededores: bajas temperaturas promedio (inferiores a los 0º en algunas
partes); un periodo anual definido de lluvia y sequía; intensa radiación solar;
escasa humedad; vegetación típica paramera; fauna silvestre limitada en
variedad y en cantidad; una producción agrícola basada principalmente en
tubérculos, hortalizas y cereales. Históricamente, sus suelos han sido
empleados para el cultivo amplio de especies económicamente importantes como el
trigo y la papa, si bien el trigo hoy día se recolecta y procesa
fundamentalmente para el consumo interno.
2.-
Mucuchíes y sus alrededores fueron asiento de grupos indígenas con anterioridad
a la llegada de los europeos: Misteques, Mocaos, Mucuchaches y Misintaes, entre
otros. Dichos grupos vivían de forma sencilla, en pequeñas comunidades
sedentarias caracterizadas por relaciones sociales y económicas igualitarias
(comunismo primitivo), salvo una cierta superioridad del chamán y del cacique.
La tierra no era considerada una propiedad, sino que sus productos eran
usufructuados en beneficio de todos los pobladores. El sustento diario derivaba
principalmente de la agricultura, y se consumían especies tanto locales como
obtenidas por intercambio con pueblos aborígenes de otras partes de los Andes
merideños y de lo que hoy es Venezuela. Vegetales como la papa, la arracacha,
el frijol, la cuiba, el churí y el maíz formaban parte de la dieta diaria de
los antiguos habitantes de Mucuchíes. Ocasionalmente los nativos de la zona en
cuestión se alimentaban con animales como el conejo, el venado, el zorro
guache, la lapa y el pavo. Residían en viviendas conocidas como bohíos, en
forma circular o semicircular y elaboradas con piedras, paja, caña brava y
otros materiales del lugar y de algunos sitios más o menos cercanos. En cuanto
a la religión, se practicaba el naturismo-totemismo, consistente en una
interrelación sagrada del hombre con diversos componentes de la naturaleza, en
los que se supone moraban entidades sobrenaturales (ches o encantos) capaces de
ayudar o perjudicar a los lugareños de acuerdo a su voluntad. Con cierta
regularidad los indígenas de Mucuchíes ejecutaban rituales y obsequiaban
ofrendas a dichas entidades, con el fin de contar siempre con su buena
voluntad.
3.-
Ya que se hizo mención de los indígenas de Mucuchíes en el párrafo precedente,
cabe destacar que el origen de este nombre es ciertamente prehispánico, y sobre su significado hay
varias versiones, de acuerdo a diversos criterios de estudiosos del remoto
pasado merideño. Sin embargo aún no queda claro qué es lo que verdaderamente
significa Mucuchíes, considerando, por un lado, que nuestros antiguos
habitantes no conocían la escritura y por tanto no se sabe siquiera como se
escribe “correctamente” este nombre, y por otro lado la radical mucu y
cualquiera de sus variantes morfológicas (como moco) de acuerdo a la interpretación
colonial y posterior del lenguaje aborigen, no tiene una significación concreta
a pesar de que todos los autores que la han abordado, la han definido como una
voz de fijación socioterritorial, como tierra, lugar, pueblo o algo por el
estilo. Por lo tanto para la palabra Mucuchíes, que también ha tenido sus
variantes morfológicas (como Mocochis), no hay una verdad absoluta respecto a
su significado, que ha variado entre tierra o lugar del frío, tierra hermosa de
los antiguos, el lugar de nuestro útero,
y tierra sagrada de los antepasados del parentesco de Ches.
4.-
En la segunda mitad del siglo XVI arribaron los europeos a Mucuchíes y sus
alrededores, y sin perder tiempo comenzaron de inmediato a echar las bases del
orden hispánico en esta parte del “Nuevo Mundo”. Para lograr tal objetivo
debían someter a los nativos de la zona, y en tal sentido contaron con la
Encomienda y con la Iglesia católica, instituciones mediante las cuales
redujeron a los indígenas y los dominaron progresivamente por medio de su
concentración socioterritorial y su evangelización. Se tiene como cierto, hasta
el día de hoy, que la primera “fundación” de Mucuchíes, o primer intento
oficial de asentar los aborígenes
locales al estilo de un pueblo de españoles, fue el 27 de marzo de 1586, a
cargo del visitador Bartolomé Gil de Naranjo. Mientras que en 1619, Alonso
Vásquez de Cisneros ordenó la concentración de los indígenas de varios
repartimientos de la zona en un solo sitio, específicamente en el valle de
Mucuchíes. Así nació el pueblo nuevo de San Juan de los Mucuchíes, al que a
partir de entonces pertenecerán Mocao, Mosnacho y otros pueblos de encomienda o
repartimientos, cuya población indígena total era de 221.
5.-
Los invasores europeos trajeron consigo distintas especies vegetales,
características de su alimentación en la Península Ibérica. En Mucuchíes,
debido a las condiciones climáticas y edáficas la más exitosa de tales especies
fue el trigo, que llegó a superar por mucho a las prehispánicas y se convirtió
en el principal producto agrícola del periodo colonial mucuchicero, hasta el
punto de que el grano de este cereal y sus derivados, como la harina y los
bizcochos, fueron comerciados dentro y fuera de la provincia de Mérida,
generando notables ingresos, lógicamente para los propietarios de estancias,
haciendas y molinos. Más aún, el trigo ha sido un referente alimentario y
simbólico en Mucuchíes; tristemente su manejo agroecológico inadecuado y otros
factores internos y externos, causaron el declive progresivo de su producción y
la erosión de los suelos donde se le cultivaba ampliamente.
6.-
Igualmente los colonizadores introdujeron en Mucuchíes diversas especies de
ganado mayor y menor, útiles para la alimentación, para las labores agrícolas,
para el transporte de carga y pasajeros y para la elaboración de tejidos.
Destáquese aquí las ovejas, que rápidamente se adaptaron a las condiciones
medioambientales de Mucuchíes y sus alrededores; animales que serán útiles
tanto por su lana como por su carne y su leche, en especial por la primera, con
la que se podían elaborar ruanas, cobijas, tapetes, guantes y otros artículos y
prendas de vestir. Pronto abundó el ganado ovino en Mucuchíes, presente en
prácticamente cualquier unidad productiva agropecuaria. Y para su cuidado los
colonizadores se valieron de algunos indígenas, quienes en lo sucesivo se
llamarán pastores u ovejeros, pero estos personajes no se encargaban solos de
las ovejas, sino que contaban con perros mastines y posiblemente con ejemplares
de otras razas caninas especializadas en el pastoreo. Perros introducidos por
los europeos a la par de la introducción del ganado lanar, y cuyos cruces
originarán con el tiempo una raza de hermosas características, conocida
posteriormente con el nombre de Mucuchíes, debido a que fue en esa zona de los
altos Andes merideños, donde surgió y se concentró históricamente el mayor
número de ejemplares en Venezuela. De manera que la cría del ganado ovino en el
Mucuchíes colonial fue un factor importante para el nacimiento de la que hoy es
la raza canina típica de Venezuela. Y el perro Mucuchíes bien puede ser
considerado un can ovejero por excelencia.
7.-
Para mediados del siglo XVIII la Encomienda se había extinguido en Mucuchíes y
el orden hispánico estaba consolidado, si bien a los colonizadores no les
resultaba fácil la imposición a los indígenas locales de elementos como la
lengua castellana y la religión cristiana. A continuación una breve reseña de
la zona a comienzos de la década de 1740:
“Este pueblo de Mucuchíes es de temperamento frío porque tiene a poco más de dos leguas el páramo de quien toma el nombre, pero se coge mucho trigo y papas. Tiene ganados mayores y menores y su población aún es más considerable que la de Mucurugua (por decir Mucurubá) y los indios educados en muy buena policía. Tienen casas decentes en la plaza para los pasajeros, hay abundante provisión de aves y pan, un pollo vale medio real de plata y el duplo en cacao o papelones (...)".
1740 y 1741”, en Antonio Arellano Moreno (Estudio Preliminar). Documentos para la Historia Económica en la Época Colonial. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1970, p. 152.
8.-
Durante la Guerra de Independencia los mucuchiceros fueron protagonistas de una
u otra manera, aunque por lo general apoyaron la causa libertadora, en especial
a partir del 10 de junio de 1813, cuando Simón Bolívar arribó por primera vez a
Mucuchíes, en el marco de la Campaña Admirable. Dicho día el Libertador fue muy
bien recibido, numerosos lugareños se ofrecieron para acompañarle en su gesta,
e incluso recibió un obsequio especial, un hermoso perro cuyo nombre será
recordado para la eternidad: Nevado, quien según la leyenda El Perro Nevado de
Tulio Febres Cordero, murió heroicamente en la gloriosa Batalla de Carabobo. He
aquí una descripción de Mucuchíes durante la guerra en cuestión, en la que se
menciona la reducción considerable del número de ejemplares del ganado mayor y
menor, producto en buena medida de las acciones bélicas, si bien éstas no
fueron tan intensas allí como en otras partes de Venezuela:
“Sus casas son de paja. Su comprensión se funda en cuatro leguas tocando sus límites hacia la parte de oriente a lo alto del páramo de Santo Domingo y al norte a lo alto del páramo de Timotes (en cuyas alturas nace el río Chama) y hacía la parte de occidente a la quebrada de Moconoque. Su clima es frío cuyas heladas son comunes. Sus frutos que cosechan en aquellas laderas son trigos, cebada y papas con abundancia, arbejas y habas. En dichos cerros o páramos se criaba antes algún ganado que en el día se ha exterminado. Las caballerías que aquí se hallan son yeguas de las que se usan para trillar y exportar el trigo, etc. Sus habitantes son indios tributarios bastante racionales, y algunos vecinos blancos. Dista este pueblo del de Mucurubá dos leguas, y del de Chachopo seis”.
Bencomo, Héctor (notas y estudio preliminar). La provincia de Mérida vista por el ejército realista. Caracas,1981, p.21.
9.-
A comienzos de la década de 1830 la
villa de Mucuchíes, capital del cantón del mismo nombre, apenas empezaba a
recuperarse de los estragos de la Guerra de Independencia:
“Contiene
1.383 habitantes. Sus habitantes se dedican al cultivo del trigo, cebada,
habas, alberjas y papas: a la cria de ganado mayor, yeguas y ovejas; aunque
actualmente su número es muy corto por los atrasos que han experimentado con la
guerra: son mui laboriosos y surten á
los cantones de Mérida y Ejido de
harina, cebada y de los demás frutos que produse este canton. Tienen su
comersio con los expresados cantones y con los lugares mas inmediatos de
Trujillo y Barinas (…)
Sus pastos son excelentes para la cria de ganado que producen muy buena carne y excelente leche de que se hacen los mejores quesos de esta provincia. Como cabecera de canton tiene las corporaciones y empleados prevenidos por la ley para una administración política y de justicia lo mismo que todas las demás parroquias".
Picón, Juan de Dios. Estadística y Descripción geográfica, política, agrícola e industrial de todos los lugares de que se compone la Provincia de Mérida de Venezuela (1832). Mérida: Editorial Venezolana, 1992, p.41.
10.-
En la década de 1870 la parroquia Mucuchíes estaba relativamente aislada del
resto de Venezuela, nación que aún no se consolidaba como una República
centralizada, con un Estado en un sentido riguroso. Si bien hubo una notable
recuperación tras la guerra independentista, ahora sufría los embates de los
conflictos entre los caudillos, jefes locales que pugnaban por intereses
políticos, económicos y de otras índoles. El trigo aún se cultivaba, procesaba
y comerciaba en buena cantidad y la cría
del ganado ovino recuperó de cierta manera el esplendor de los tiempos
coloniales:
“Se
cultiva en alta escala: el trigo de varias especies, produciendo la cosecha
anual, la enorme cifra de cincuenta mil quintales: cebada de diversas clases,
cuya cosecha da diez y seis mil quintales: papas, sesenta mil quintales. Estos
frutos son de superior calidad: arvejas quinientos y arvejones quinientos
quintales de no mui buena calidad: habas moradas y blancas ochenta quintales:
ajos son silvestres y pueden recojerse, si fueran exportables, centenares de
quintales: mostaza, rábano y cebollas se dan en abundancia (…)
Vacas
y terneras 2.200: bueyes de arado 800: caballos 150: yeguas y potros 12.000:
mulas 200: burros 1.000: ovejas 5.500: cabras 200: marranos 8.000: pollos y
gallinas 13.000: pichones y palomas 1.000 (…)
Hai
escuelas federales de niños y niñas, constante la del pueblo de setenta alumnos
(…)
Los
artículos principales de los establecimientos son: telas de lana y algodón,
manufacturas extranjeras y del país, papelón, cacao, café, sal, jabón, chimo y
caldos. Hai tres tiendas, dos bodegas y catorce pulperías. Se exportan para la
capital del Estado 20.000 quintales de harina y mil para los Estados Zamora y
Portuguesa, Trujillo y la parroquia de Torondoy, para los mismos puntos se
exportan seis mil quintales de papas, dos mil de cebada, 30 de ajos, 50 de
cebollas, y algunos centenares de ganado vacuno y cerdal. Estos efectos
producirán anualmente la suma aproximada de cien mil venezolanos, la cual se
emplea en comprar los artículos de que aquí se carece, tales como el papelón,
sal, café, cacao, etc.
Hai
ocho molinos, dos fraguas, 25 telares para fabricar cobijas y lienzos: un telar
para costales: dos carpinterías: cinco tejerías: y una calera (…)
Biblioteca Venezolana de Historia, nro. 32, 1987, pp. 125-128.
11.-
En la década de 1920 se construyó e inauguró la carretera Trasandina, gran
arteria vial que ayudó a integrar a los Andes al resto de Venezuela. Mucuchíes,
capital del municipio homónimo, comenzó a sufrir importantes cambios en el
contexto de una incipiente modernización:
Benet, Fernando. Guía General de Venezuela. Generalidades Estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Falcón y Zulia. Caracas: Imprenta de Oscar Brandstetter, primer tomo, 1929, p. 222.
Instituto nacional de Estadística, “XIV Censo Nacional de Población y Vivienda”. Caracas, 2011.
DirecciónURL:http://www.ine.gov.ve/documentos/Demografia/CensodePoblacionyVivienda/ppt/Resultados_Censo2011.pdf) (Fecha de consulta: 20-02-2018).
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